Buenas...
Hoy ha llovido todo el día y parece que seguirá
así por unos días más... Y la lluvia acarrea nostalgia.
Y la nostalgia trajo hasta mi mente el recuerdo
de dos personajes de mi querida ciudad.
Esther, una mujer maravillosa, dueña de un prodigio
que hasta el día de hoy, con 95 añitos, no sabe cómo
controlar ni cómo aplicar en algo útil.
Al cumplir 43 años, aceptó una propuesta de unos
científicos escandinavos residentes en Escocia.
El proyecto tenía por fin el aprovechamiento de los
rayos catódicos para el mejoramiento de las transmisiones
televisivas en el Polo Norte. Corrían los años '50 y Esther,
cansada de las burlas de sus amigos y familiares, mudóse
al lejano país. La investigación no prosperó, pero Esther
ya no quiso volver...
Ernestino, un tipazo con una mano increíble para preparar
el auténtico locro criollo; ya no está entre nosotros,
pero vive por siempre en el recuerdo de todos los paladares
linqueños que tuvieron la oportunidad de probar su especialidad.
Hombre que poseía un contundente parecido con Elvis Presley,
quien era por cierto su cantante preferido y al cual imitaba,
con acertada similitud, mientras cocinaba su famoso plato.
Tenía una frase Ernestino:
"si Elvis hubiera probado mi locro, no habría terminado como terminó..."
Por desgracia, nunca lo sabremos Ernestino querido...
Nos vemos...
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